Más tarde, nos acercamos hasta el Santuario de Erawan, una plaza en mitad de la ciudad donde la gente acude a presentar sus ofrendas a Buda, a los elefantes sagrados o a ver las danzas. Es un sitio increible, está lleno de gente, incluso un viernes por la noche, huele desde lejos a incienso y se oye la suave música tailandesa. Las bailarinas danzan moviendo las manos. La gente entrega sus flores, se arrodilla y reza. Refleja la contradicción de Bangkok: espiritualidad vs. modernidad.
Ya el sábado, fuimos en SkyTrain, el metro elevado, hasta Saphat Taksin y de allí en el bus-barco, desde el q se ve la zona de Thonburi, el Bangkok más antiguo, en contraste con la otra orilla del río, donde están los hoteles más lujosos de Bangkok.
De ahí, al Wat Phra Kaeo, el templo del buda esmeralda. En el chedi dorado de la derecha, presente en todos los templos tailandeses, se guardan las reliquias más preciadas. En este caso, un trozo del esternón de Buda.
En todos los sitios oficiales que hemos visitado, te exigen vestir correctamente, lo que significa que si vas en tirantes o con falda, te prestan una camisa o una falda tailandesa. La chaqueta es por eso, no os vayáis a creer q hace calor. Para los tailandeses, ahora es el invierno... lo q significa una media de unos 30º.
Dentro del recinto del Wat Phra Kaeo, hay una reproducción a escala del Ankor Wat, un templo en mitad de la jungla camboyana.
El sábado por la tarde, con unos amigos de Leticia, fuimos a un combate de muay tay. Antes de cada combate, los luchadores bailan y se consagran a Buda, supongo para que les proteja. Parece q funciona, porque solo vimos que sangrara uno, todos los demás aguantaron los rodillazos y patadas en la cara como si nada. No es tan salvaje como yo me esperaba, al menos a ellos se les veía tranquilos. La mayoría de los luchadores aparentaban doce años, queda la duda si son demasiado jóvenes, o si, como la mayoría de los tais no aparentan la edad que tienen.
Despues del combate, estuvimos en el Night Bazaar, el mercadillo nocturno, peleando por comprar unas sábanas, q aquí son carísimas (sobre todo para lo que cuesta el resto de las cosas). Tailandia está repleto de mercadillos con miles de cosas interesantes.
Y el domingo, volvimos para terminar de ver el Gran Palacio, y el parque Dusit. En este recinto, de estilo occidental, está la Mansión Vimanmek, la casa de teca más graned del mundo, contruido sin un solo clavo y que fue residencia del Rey Rama V. Se pueden visitar muchas de las habitaciones (el livin-lum of King Lama de fiz... cuando vengáis y les oigais hablar inglés lo entenderéis... lo más gracioso es q no son capaces de pronunciar la r... aunque esté mal q esto lo diga yo...;))
Y por la tarde, otro mercadillo, aunque este diurno, el mercadillo de Chatuchak, visita obligada para todos los turistas. Tienen mil cosas diferentes baratísimas... lo malo es q las tais son tan pequeñas q no sé si seré capaz de encontrar algo q me valga... me compre unas sandalias de piel por el increible precio de ... 2€...
Y ya solo nos quedó tiempo para volver a casa, darnos un baño en la piscina y ver la carrera de fórmula uno... aunque no ganáramos....
Mañana más...
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