viernes, 26 de febrero de 2010

Birmania

Un poco de informaciòn sobre el paìs que acabo de visitar.

Nuestro viaje fue Yangoon - Lago Inle - Mandalay - Bagan - Yangoon, solo 10 dias de viaje, recuperando el aliento solo para repetir una vez màs nuestros orìgenes... ( preguntarte de que paìs eres es el saludo oficial en Birmania!). Lo mejor de Birmania, sin duda... su gente. Amables, divertidos, educados, solìcitos... A pesar de sus circunstancias, tienen una sonrisa constante en los labios.

Aunque este articulo habla de las maravillas de Birmania desde la perspectiva de un turista, también hay que decir que, bajo tanta pagoda, tanto Buda y tanta arqueologia, se suceden las violaciones a los derechos humanos, la élite militar controla el paìs a su antojo y se deshace de todos los que no estàn de acuerdo con ellos. Impone sus reglas, construye capitales con disenio y condiciones occidentales mientras medio paìs se muere de hambre, concede permisos a multinacionales extranjeras en procesos corruptos, se pasa por el arco del triunfo las resoluciones de la ONU, encarcela a quien opina de manera diferente, impide el acceso a la educaciòn a miles de ninios nacidos en familias con pocos recursos (la educacion NO es gratuita), disenia constituciones a su antojo, rechaza orgullosamente la ayuda internacional ante desastres naturales... en una palabra... Controla, endogamiza y se asegura una supervivencia màs allà de lo deseable.

Como Aung San Suu Kyi dijo: "Tourists can open up the world to the people of Burma just as the people of Burma can open up the eyes of tourists to the situation in their own country if they're interested in looking.” (Los turistas pueden enseniar el mundo a los birmanos, igual que los birmanos pueden enseniar su mundo a los turistas, si estos estàn interesados en aprender...)



Birmania
jueves 18 de febrero de 2010

Birmania, Burma, Myanmar, Unión de Myanmar son todos el mismo país con diferentes nombres. Tiene una población de 55 millones en los que predomina la etnia Bamar.
Con el colorido cultural de los países del sureste asiático, la Indochina, Myanmar recibe al visitante con una gran sonrisa y !Mingalabar!, la expresión de bienvenida y saludo afectuoso de cortesía.
Se extiende desde la cordillera Himalaya hasta el mar de Andamán y el golfo de Bengala, fronteriza con India, Laos, Tailandia y China, con diferentes etnias subdivididas en decenas de tribus desde sur a norte y del Sol Naciente al ocaso. Algunas de ellas como el pueblo Shan proclama su independencia de la propia Myanmar, con ejército propio y con una gran conciencia de estado asociado, el estado Shan.
Legendarios ríos la cruzan o nacen en su territorio, como el río Irawadi (Irrawaddy o Ayeyarwaddy) y el Mekong, lagos de montaña y la magnífica Himalaya, la cordillera más alta de la Tierra amén de unas magníficas playas de fina arena blanca en el Océano Índico.
Decenas de Reyes la han reinado, han movido sus capitales, han creado nuevas ciudades en un continuo movimiento que se continúa hasta la actualidad. Un movido pasado histórico, el yugo de ser colonia británica, el fulgor de haber sido imperio en los países vecinos, Myanmar es el Vaticano del Budismo Theravada y esa muestra religiosa campea en todos los aspectos de la vida de los birmanos.
El norte es en la actualidad zona prohibida controlada por los militares que impiden el tránsito en esta área fronteriza con las montañas del norte, China e India, amén de otras áreas fronterizas. El budismo y la dictadura militar marcan la vida de Myanmar.

Yangón, la antigua Rangún, es una populosa ciudad a orillas del río que le da nombre, donde los ingleses decidieron instalar la nueva capital. Prueba de ello son los edificios de estilo colonial que conforman el centro de la ciudad.
Era un antiguo pueblo de pescadores en medio de la selva tropical y hoy le da cobijo de forma horizontal a unos 5 millones de personas. Es la única ciudad del país en las que motos y bicis no pueden circular. A la vez está prohibido el uso del claxo (òrdenes del gobierno). Palmeras, mangos, tamarindos, flamboyanes pueblan por doquier en una verde ciudad donde abunda la ruidosa fauna tropical.
Durante los meses de verano sufre el monzón que durante días anega gran parte de su superficie. Bonitos lagos como el Inya (en cuyas orillas vive o mejor dicho, sobrevive Aung San Suu Kyy) o el Kandawgyi rodeados de parques, pagodas y jardines lo adornan.
La presencia de la Pagoda Shwedagon domina a la ciudad, religiosamente. Impresionantes estructuras doradas de oro macizo se ven por el templo principal de la religión budista. Siempre concurrido por miles de visitantes de todas partes. Es la Plaza y Basílica de San Pedro del Budismo theravada.
La Pagoda Sule queda cerrada en el centro neurálgico de Yangón, el Templo del Buda reclinado, el Barrio chino, el puerto de la capital, su Museo nacional el Scott markett son las visitas recomendadas.
Lujosos restaurantes franceses e italianos ofrecen sus delicias al visitante en románticos entornos naturales, donde predomina el cielo abierto.

El Lago Inle se halla entre montañas donde habitan peculiares pueblos. Su entrada natural es el pueblo de Naung Shwe donde se toma el transporte de canoas para transitar por el lago y sus pueblos en los que no existen caminos de tierra.
En estos pueblos ribereños comercian las diferentes tribus que bajan desde las montañas, como la original tribu de las mujeres jirafa que adornan sus cuellos con aros metálicos de enorme peso (unos 8 kilos) que deforman sus clavículas, hundiéndolas y dando aspecto de estiramiento del cuello. Son estas mujeres hacendosas mujeres que se adornan con aros demostrando su estatus social y su amor a la tradición cultural, ajenas a la occidentalización.
Se comercia en los populares pueblos del lago con todo, con la leña del monte transportada en las cabezas de las mujeres de la etnia Pa-O, con la arena recogida en los canales que sirve para dar consistencia sólida a nuevas áreas agrícolas ganadas a las aguas, con los gusanos parásitos que viven dentro de los troncos del bambú. El trueque está a la orden del día y los coloridos mercados flotantes con frutas, hortalizas, frutas, arroz, especias y legumbres pasan de mano en mano.
La religión y el trabajo es el quehacer diario.
Peculiares canoas remadas con las piernas imprimen carácter único en la zona. La pesca abunda en el lago de agua dulce, donde cada día se celebra un mercado en pueblos diferentes, siempre que no haya Luna Nueva o la reverenciada Luna Llena.
Se accede a Intheim atravesando un peculiar bosque de bambú, la materia rima más usada por los lugareños para construir viviendas, canoas, vallas, cercas, postes de luz y donde se encuentra los restos en ruinas de un gran bosque de pagodas.
Se accede a los pueblos por canales entre huertos flotantes de tomates y judías ganados a las aguas del lago con tecnología rural, maravilla de la ingeniería aprovechando los recursos naturales.
Son la mayoría pueblos palafito, en los que se construyen pagodas, templos y monasterios como el célebre de los gatos saltarines.
Artesanales fábricas con instrumentos rústicos crean prendas de seda, cigarros puros de hojas de palmera y miles de objetos de artesanía en madera y bronce.
La actividad cotidiana se observa por los canales donde los niños llevan a bañar a sus búfalos de agua al comienzo y término de la faena agrícola, otros se bañan echando sobre sí calderos de agua, otras se peinan o duchan con su típico Longhi, otros reúnen troncos de madera en improvisadas balsas, muchas transportan arena y la producción de tomates que abastece al país entero.
El lago en sí es bastante ancho y largo, 85 km. Miles de barcas con figuras que recogen y echan sus artes de pesca es la normal imagen sobre él. Es de agua dulce, no demasiado profundo y muy rico en diversos peces que se esconden entre los jacintos de agua y las algas lacustres.
Este país multicolor sorprende al viajero de manera impactante, con climas y paisajes diferentes entre sus regiones y ciudades. Una profunda y humilde reflexión es generada tras su visita y no debe ser un destino que falte en la maleta de los grandes viajeros...

Bagan en el centro del país es ciudad mítica donde llegó a haber más de 11.000 pagodas construidas en medio del campo en una árida zona donde el monzón anual se muestra en su mínima apariencia, donde en la actualidad pueden ser visitadas unas 2.200 como árboles frutales en una gran plantación arqueológica.
A orillas del siempre protagonista Ayeryawaddi, donde se puede degustar un cóctel para ver la puesta de sol desde unos de los bancos de fina arena que el río arrastra desde la cordillera, o subir en engalanados carros de cebúes para trasladarse a las áreas sagradas de los templos principales donde disfrutar del grisáceo atardecer sobre las miles de agujas de las pagodas, esparcidas hasta donde la vista abarca.
Torres de observación y modernos hoteles han sido construidos en el área arqueológica, amén del Museo Arqueológico en contra de las normas y consejos de la Unesco, principal benefactora de la zona en la preservación de las construcciones, templos y palacios, y que tras la negativa del actual gobierno militar, desposeyó a Bagan del título más que ganado de Patrimonio de la Humanidad.
El pueblo Old Bagan fue desposeído de sus tierras y casas no hace muchos años, siendo obligados a trasladarse a unos kilómetros fundando la New Bagan y preservando al espacio arqueológico de la presencia humana, cosa que por otro lado no está mal, pero que fue hecha con crueldad y sin ayudas.
En Bagan el calor hace mella y su principal mercado se visita en Nuyang Uu. Hortalizas, frutas, verdura, arroz, ropa, leña, artículos de artesanía forman un espectáculo multicolor en el que las mujeres ejercen el comercio, con artículos sobre sus cabezas, fumando los típicos cigarros, mascando Petel, mientras venden sus productos.
La magnífica Pagoda Schwezigon, el Monasterio HtiloMinlo, el Templo Ananda esperan las diarias visitas de los turistas y son centros donde cientos de vendedores de artículos de artesanía persiguen con acoso, pero siempre con una enorme sonrisa.

Mandalay, la antigua Ratnapura es la segunda ciudad del país, que en su día fue capital. Guarda en el centro de la ciudad las murallas del Palacio Real que fue totalmente destruido en la Guerra Mundial. Un ancho foso ajardinado lo rodea.
Es Mandalay una ciudad moderna con altos edificios en el centro y centros comerciales, pero los barrios periféricos se crean al amparo de canales que traen las aguas del Ayeryawaddi. Son los barrios los que le siguen dando el carácter a la ciudad y encontramos algunos dedicados a esculpir figuras y estatuas de mármol, otros que se dedican a producir pan de oro, otros en los que se comercia el jade proveniente de las minas del norte, que reúne a joyeros etc..
Una fascinante experiencia es conocer el embarcadero del río, donde pueblos enteros viven en sus orillas, ayudando y comerciando con el concurrido puerto fluvial que trae mercancías desde el Himalaya.
En sus orillas las gentes del río viven en una completa comunión con la naturaleza, extrayendo arenas de las riberas que será empleada en la construcción, plantando cacahuetes y arroz cuando las avenidas fluviales lo permiten, pescando en sus ricas aguas y pastoreando sus escasos ganados mientras viven en casas-palafito ancladas a los bancos de arena.
Entre los principales monumentos se puede visitar la Pagoda Kutodaw que contiene en su recinto 876 templetes con las páginas de la doctrina de Buda en idioma Pali, proveniente del sánscrito (idioma muerto que unos pocos monjes son capaces de traducir), están escupidas a dos caras en pesadas planchas de mármol.
En sus cercanías el Golden Palace Monastery, un monasterio construido en su totalidad por madera de teca, es el único ejemplo de los 256 edificios idénticos que ocupaban el recinto real y que fueron destruidos en su totalidad por los japoneses en la gran guerra. Nos da idea de la magnificencia de la riqueza de las monarquías anteriores a la ocupación. Estas estructuras se encontraban totalmente recubiertas por pan de Oro.
La colina Mandalay le da nombre a la ciudad actual y una espectacular puesta de sol desde la Pagoda que la ocupa reúne a turistas birmanos y forasteros que se maravillan ante el paisaje colindante. Unos 1700 escalones le esperan para llegar a la cota custodiados por colosales estatuas de leones encalados.
Una deforme figura de Budda en la Pagoda Mahamuni es engordada con el paso de los años por las miles de delgadas hojitas de pan de oro que le pegan con fervor los devotos budistas. No en vano es la segunda figura del país más sagrada y ya no se observa con detalle manos, brazos, piernas del iluminado, sino una redondeada figura de oro y piedras preciosas.

http://birmania-libre.blogspot.com/2010/02/birmania.html

¿Quiénes y por qué atacan a la economía española, o a la griega? ¿Y qué hacer para evitarlo?

escrito por Juan Torres López - miércoles, 24 de febrero de 2010

Todo el mundo es consciente de que "van a por España", como decía un artículo publicado hace unos días en el diario El País. Dicho de otra manera, eso quiere decir que "los mercados" atacan a la economía española, que se difunden rumores sobre su debilidad, que salen capitales y, sobre todo, que las agencias de calificación pueden estimar que la capacidad de España para hacer frente a sus compromisos de deuda disminuye, lo que dificultaría la colocación de la deuda española, haciéndola más costosa y quizá impidiendo que pudiera seguir haciendo frente a sus compromisos de pago. Hasta aquí es más o menos lo que cuentan los periódicos y lo que dicen la mayoría de los economistas, pero conviene saber algunas cosas más. ¿Quienes son los mercados que atacan a la economía española? Lógicamente, los mercados no son criaturas reales que tengan cuerpo y alma, sentimientos, voz y voluntad. De ninguna manera. Los "mercados" son en realidad los propietarios de los grandes capitales que operan en ellos: los grandes banqueros y los directivos de los bancos, los grandes inversores, los titulares de los gigantescos fondos de inversión, de pensiones, las grandes multinacionales... Son, por tanto, personas normales concretas, ciudadanos como los demás pero que tienen muchísimo dinero y, por tanto, muchísimo poder. Privilegiados que dominan a los gobiernos y que se superponen a cualquiera de las decisiones que los órganos o instituciones representativos puedan adoptar, y también los que tienen influencia sobre los organismos internacionales. No creo que sea necesario que dé nombres, cualquier persona bien informada sabe con quiénes se han reunido los presidentes de los gobiernos, quiénes van a Davos, los que forman parte de la Trilateral o del Club Bilderberg, los empresarios multimillonarios... A esos me refiero. Son los que controlan no solo sus propios e inmensos recursos financieros sino también el ahorro, en nuestro caso, de los españoles, con el cual atacan a la economía española. Usan nuestro dinero para empobrecernos. Esos son "los mercados" a quienes los medios de comunicación nunca ponen nombre ni cara. ¿Por qué les preocupa ahora la situación de la economía española? Todos ellos han ganado miles de millones en los últimos años cuando lograron implantar en España, o en otros países, un modelo productivo especulativo gracias a las leyes que fueron aplicando los sucesivos gobiernos. Y, a escala global, difundiendo por todo el planeta e invirtiendo y especulando con activos financieros arriesgadísimos y gracias a la complicidad de las autoridades económicas. Hasta que todo saltó por los aires porque ese modo de ganar dinero es materialmente insostenible. Todos conocemos la historia, sus engaños y fraudes, su extraordinaria irresponsabilidad, su avaricia ilimitada... y lo que después ha sucedido, el colapso financiero y la práctica paralización de la economía mundial porque ésta no puede funcionar sin financiación. Cuando todo estalló, los bancos que habían provocado el desastre y que antes pedían a los gobiernos que se abstuvieran de intervenir en sus negocios, enseguida les pidieron protección y que pusieran sobre la mesa cientos de miles de millones para salvar sus cuentas. Fue tanto el desastre que habían provocado que se hizo necesaria una intervención gigantesca de los gobiernos, que tuvieron que endeudarse hasta las cejas para evitar el colapso global de las economías y la quiebra generalizada del sistema financiero y bancario. Y así, y con avales o préstamos al 1% o incluso a menor interés los bancos centrales han puesto a disposición de la banca mundial cientos de miles de millones de euros para que saliera a flote y reactivara el flujo de crédito a la economía (por cierto, cometiéndose de ese modo, cuando al mismo tiempo negaban unos pocos miles para luchar contra el hambre, uno de los crímenes más horrorosos de la historia humana). Pero en lugar de eso, en lugar de dedicar ese dinero a financiar de nuevo la actividad económica, los bancos se han dedicado a sanear sus balances, bien colocando el mismo dinero que los bancos centrales les daban en depósitos mejor retribuidos allí mismo, o suscribiendo al 3, 4 o 5% la deuda que tenían que emitir los gobiernos para hacer frente a la situación que ellos habían creado, o invirtiendo en nuevas burbujas en los mercados del oro, de las materias primas o del petróleo. Así se ha creado un nuevo y extraordinario negocio para la banca y los especuladores financieros: comprar la deuda que los gobiernos han tenido que emitir para tratar de hacer frente al desaguisado que la propia banca y los especuladores financieros han provocado. Por eso, lo que ahora les preocupa es, sobre todo, que los estados estén en condiciones de hacer frente a esa deuda. Y por eso les quieren imponer condiciones draconianas para que sus recursos se dirijan prioritaria e inexcusablemente a pagarla. Lo mismo que hicieron con los países del tercer mundo en los años ochenta. ¿En qué consiste el ataque a las economías que están haciendo los especuladores? Los especuladores están actuando de varias formas pero, sobre todo, tratando de mostrar que la economía española es sumamente débil, de modo que aparezca como imprescindible la adopción de medidas orientadas, como acabo de señalar, a garantizar en todo caso el pago de la deuda. Saben que, en realidad, España se encuentra en una situación de dificultad en principio pasajera (aunque eso no quiera decir que no haya otros problemas de fondo muy graves, como he analizado, por ejemplo, en Crisis inmobiliaria, crisis crediticia y recesión económica en España) porque ha tenido que dedicarse a echar agua sobre el fuego que provocaron sus propias irresponsabilidades, pero les da igual. Lo que buscan ahora es apuntalar al máximo su nuevo negocio. Lo que están haciendo es un "pressing" en toda regla y en todos los ámbitos en los que pueden actuar buscando, principalmente, compromisos de recortes en el gasto público, mayor privatización de las pensiones y, en general, más facilidades al sector privado (en donde ellos mismos ganan dinero) para eliminar al máximo las cargas públicas que pudieran distraer recursos del pago de la deuda. Lo que hacen estos grandes, gigantescos inversores es en realidad "sembrar la duda", no solo para prevenirse sobre cualquier riesgo de impago sino, además, para lograr que aumenten las primas de riesgo y los tipos a los que el gobierno ha de emitir la deuda y así ganar más dinero todavía. Juegan a crear ellos mismos, gracias a su inmenso poder directo e indirecto a través de académicos, periodistas y medios de comunicación, las condiciones que les resulten siempre más favorables. Todo eso tiene un nombre: extorsión, o chantaje, como ustedes quieran. Y tiene también un resultado seguro: la sumisión de los gobiernos. Unas veces porque así lo aceptan sin más, cuando actúan como sus sicarios. Otras, como le ha ocurrido docenas de veces a gobiernos progresistas o simplemente honestos, sencillamente porque no disponen de poder suficiente para decirle Basta Ya a los banqueros y grandes inversores. Poder ciudadano Por eso no es suficiente con criticar a estos últimos gobiernos. Es ingenuo pensar que por el mero hecho de haber ganado unas elecciones se tiene capacidad para hacer frente a quienes detentan el poder monetario. Hay que disponer, además del gobierno, de otro poder, del poder de los ciudadanos y de las ciudadanas. Gobernar sin este último no sirve para nada. O mejor dicho, sirve, como hemos visto tantas veces y estamos viendo ahora en España o en Grecia, para caer derrotado ante los poderosos, para ceder y aceptar todas sus condiciones. Cuando el poder de los ciudadanos y ciudadanas no existe o es insuficiente, como está pasando ahora en Grecia o en España, como ha pasado en tantos otros lugares, el dinero triunfa y siempre obtiene los resultados que he comentado, la reducción de salarios y del gasto público y el desmantelamiento de los servicios colectivos, o lo que es igual, el deterioro de las condiciones de vida de las personas que no tienen fortunas. Por eso es tan necesario generar ese otro poder, el de los hombres y mujeres que amamos la vida y no el dinero, que buscamos la justicia y no la ganancia, que queremos la paz y no la avaricia. Y ser conscientes de que aunque ellos hacen todo lo posible para evitar que nazca, y fusilan, secuestran, mienten, torturan y matan para evitar que se consolide, también es verdad que nosotros perdemos también mucho tiempo y energías en balde. No deberíamos dejarnos derrotar tan fácilmente.

viernes, 5 de febrero de 2010

Números

En ocasiones, en lugares recónditos de los periódicos o entre el galimatías numérico de sus secciones de economía, aparecen ciertas cifras que, a pesar de pasar desapercibidas, son muy ilustrativas de la realidad socioeconómica de un país y, por ende, explicativas de las circunstancias y dificultades por las que atraviesa la sociedad en cuestión.
Veamos algunas de esas cifras. Adecco y la Escuela de Negocios IESE acaban de dar a conocer que el salario medio español en 2008, unos 21.500 euros brutos, era un 50% inferior al vigente en países como Inglaterra, Francia o Alemania (más de 40.000 euros). Lo chocante en este caso es que la renta por habitante francesa en ese año apenas superaba en un 7% la española, mientras que la británica y alemana la rebasaban en poco más de un 13%. No hay que ser un lince en economía ni manejarse demasiado bien con los números para colegir, a partir de estos datos, que en España los salarios están por debajo de lo que corresponde a nuestro nivel de riqueza. Y ello es así porque los empresarios y los detentadores de rentas del capital se llevan una parte de la tarta más grande que sus colegas franceses, alemanes o británicos. Y hay que ver cómo chirria esta realidad con la cansina exigencia de nuestra cúpula empresarial en el sentido de que nuestros costes laborales se reduzcan. Por el contrario, los bajos salarios españoles (siempre en relación a la riqueza efectiva) quizá estén en el origen de una demanda privada tan escuálida, con su corolario de endeudamiento de las familias y, por consiguiente, con unos niveles de paro muy superiores a los europeos. No es temerario afirmar que nuestro elevado desempleo guarda una correspondencia directa con nuestra considerable desigualdad social.
Más números. Alemania ha visto reducido su PIB en 2009 un 5%, mientras que la caída española se ha quedado en el 3,6%. Pues bien, el número de desempleados en aquel país apenas se ha incrementado en unas 40.000 personas, mientras que en España, con una crisis en términos de reducción de la riqueza menor, han engrosado las filas del paro casi 800.000 personas en el año recién acabado. Conclusión: aquí se tira de despido con una alegría sin parangón entre los países de nuestro entorno, ya que el ejemplo alemán es extrapolable, aunque en distintas proporciones, al resto de miembros de la UE. Y encima la CEOE pide más facilidades para despedir. Por tanto, hemos de deducir que la supuesta rigidez de nuestro mercado laboral no es tal, y por supuesto nunca la causa del desempleo estratosférico que padecemos. Y ahora agárrense porque éste si es un número alarmante: el sistema público de pensiones (nos dicen) se enfrenta a la quiebra en 2022. Ya he dicho arriba que ni sé de Economía ni mucho menos soy un experto en temas de pensiones y seguridad social, pero en este asunto aplico la cuenta de la vieja y el sentido común, y algo me dice que si para ese año no está previsto un cataclismo económico, que no sólo arrasaría con las pensiones, sino con todo tipo de ingresos, las cuentas no me salen. Es posible que el número de cotizantes se reduzca y se incremente, resultado de una mayor esperanza de vida y una baja natalidad, el de personas beneficiarias de pensiones. Pero si la tarta de nuestra economía se mantiene, si la renta por habitante al menos permanece ( y los agoreros de las pensiones aseguran que crecerá), ¿dónde está el problema? Simplemente variará la porción de tarta que se reparte entre activos y no activos, al haber mayor proporción de éstos y menor de aquéllos. Todo esto tiene un tufillo a rebaja de las pensiones para impulsar su privatización muy difícil de disimular, y es lamentable que bastantes políticos se presten a sembrar la zozobra y la inquietud entre los actuales y futuros perceptores de pensiones con el fin de prestar cobertura a intereses espurios.
Y un último número: los bancos españoles ganaron en 2009 casi 18.000 millones de euros a pesar de que han seguido restringiendo el crédito en mayor medida que las entidades europeas. El secreto: piden prestado al Banco Central Europeo al 1%, gracias a los avales del gobierno, e invierten ese dinero en deuda pública, que se remunera al 4%. Es decir, los avales gubernamentales están permitiendo mantener su nivel de ganancias a los bancos, pero el crédito no fluye a empresas y familias, que siguen hundidas en la recesión. Lo dicho: los números, como el algodón, no engañan, y si los observamos en su asepsia y neutralidad, nos ofrecen el reflejo de la sociedad que tenemos

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article12626