Fin de semana en Chiang Mai

Hoy lunes, de vuelta a la oficina despues de un intenso fin de semana en Chiang Mai.

Primero, para celebrar el día de la Hispanidad, salimos por Bangkok con los becarios del año pasado. Digamos que el ambiente aquí es... diferente. Hay varios sitios interesantes y muy originales.

Llegamos a Chiang Mai el viernes por la tarde, y encontramos alojamiento en un sitio precioso llamado Pang´s House (ver la Lonely). Es una ciudad muy antigua del norte de Tailandia en la que se respira la tranquilidad que falta en Bangkok. Aunque hay muchos turistas, es muy bonita, llena de templos impresionantes y de monjes vestidos de naranja (normalmente, todos los tais pasan, al menos, tres meses de su vida como monjes budistas en un templo).

Y después de una buena sesión de templos, cenamos en un restaurante precioso, lleno de antiguedades: HUEN PHEN. Creo que nos costó 2€ a cada uno. Recomiendo la ensalada de bambú.

De lo mejor que tiene Chiang Mai son los paseos por la selva, jornadas de actividad intensiva para guiris, a la q, como buenos domingueros, nos apuntamos. Así q el sábado por la mañana nos recogieron para irnos a pasar el fin de semana a la selva: visita a un poblado de mujeres-jirafa (no recomendable, demasiado preparado), paseo en elefante, trekking por la selva (mientras diluviaba), rafting por el rio Mae Tang y bamboo-rafting (en barquitas hechas con bamboo) .

Lo de las mujeres jirafa me hizo sentir incluso mal, era como una exposición de personas, a la espera de los turistas que quieran hacerse fotos con ellas. Las mujeres jirafa pertenecen a la tribu de los Paduang, q llegaron a Tailandia desde Birmania, huyendo de las querras. Nos contaron que lo de los anillos del cuello se inició como una manera de defenderse de los tigres y otros animales salvajes que había en la selva, que siempre atacan ahí, pero ahora es una tradición arraigada y dificil de eliminar, que hace q a estas mujeres les crezca el cuello casi el doble de lo normal, de tal manera q no se pueden quitar los anillos, porque se les cae la cabeza (no tienen fuerza en el cuello para sujetarlo), además, pesa más 5kg y les produce dolor continuo. No hay acuerdo si es un modo de dominio sobre la mujer (les quita movilidad y les produce dolor) o es una tradición a respetar. Politicamente, se les considera refugiados birmanos, por lo que no tienen derecho a trabajar legalmente, así que a veces, el turismo es su única fuente de ingresos. Lo que nosotros visitamos fue bastante denigrantes.

Para compensar esta decepción, nos llevaron a pasear en elefante, que es igual de turístico, pero tiene su gracia. La elefanta que nos tocó a Leti y a mí estaba medio loca, iba a delantando a todas las demás y les daba cabezazos.

Y despues de esto, justo cuando comenzó a diluviar, empezamos el trekking por la selva. El paisaje es increible, aunque la lluvia lo hizo un poco dificil. Hay vegetación por todas partes, ruidos de animales, pájaros... fue precioso. El guía estaba un poco loco, pero nos reímos.

Llegamos a una aldea de la tribu Lahu, y dormimos allí, en una cabaña de bambú.

Al día siguiente, hicimos más trekking, hasta llegar a una cascada donde nos encontramos con un montón de españoles, y de allí, llegamos al río Mae Tang para hacer rafting.

Ibamos en la balsa con dos guías, q nos gritaban lo que teníamos q hacer en tai-inglis (mucho peor que el espanglish), pero al final salimos sanos y salvos. Y para terminar y relajarnos, un paseito en bamboo rafting, unas barquitas hechas con bambu que se dejan deslizar por el rio.

A la vuelta a Chiang Mai, aún nos dio tiempo para dar una vuelta por el Sunday Market y para ver un poco más de la ciudad. Impresionan los puestos de comida por las calles, los gritos, la alegría de la gente, que lleguen las seis, suene el himno nacional y se pare el bullicio para formar durante un par de minutos... Los Tailandeses adoran a la monarquía y en especial al rey Bumhibol ( que por cierto, ahora está enfermo e ingresado en el hospital, pero en proceso de recuperación). De hecho, el lunes es el día del rey y todo el mundo va vestido con un polo amarillo con el escudo nacional. Hablar del rey es casi pecado y ofenderle puede ser castigado con la carcel, incluso para los extranjeros.

Como inicio de la aventura en Tailandia, ha estado genial, aún a costa de que hayan acribillado los mosquitos y que ahora estemos muertos de cansancio. Es visita obligada para los que vengáis por aquí, es la otra Tailandia opuesta a Bangkok.